LEYENDAS DE LA ZONA CENTRAL

Posted on 17:21 by magdu

  • LA CALCHONA





Cuenta la historia que un matrimonio vivía sin problemas en el campo, junto a sus dos hijos. Per la famila no sabía que la mujer era bruja.

Ella tenía escondidos unos frascos llenos de cremas que se ponía en su cuerpo todas las noches. Estos ungüentos tenían la virtud de transformarla en el animal que ella quisiese. Luego de hacer este rito, salía a pasear por los campos nocturnos.

En la mañana volvía, se aplicaba sus cremas y recobraba la forma de madre.

Así pasó el tiempo, hasta que un día, no se sabe bién si sus hijos la vieron o encontraron estos frascos. Imitando a su mamá se pusieron las cremas, tranformándose en múltiples animales. Perros, chanchos, pollos y zorros. Pero cuando quisieron volver a ser niños, no supieron como. No sabían qué crema echarse en el cuerpo. Convertidos en animalitos se pusieron a llorar.

Su padre al despertar por los sollozos de sus hijos se encontró con la sorpresa de ver en lugar de sus hijos a unos pequeños animalitos. Él logró encontrar el frasco indicado y consigió que los niños se transformaran nuevamente en lo que siempre fueron: niños.

El padre sin pensarlo se deshizo de las cremas y las botó a las aguas del río.

Convertida en oveja negra volvió su esposa quien no pudo encontrar sus mágicos ungüentos. Los buscó por todas partes sin resultado. Quedo convertida para siempre en ese animal.

Ahora cuando se siente balar una oveja negra que vaga sola por los campos de noche, todos los campesinos saben que se trata de la Calchona, la oveja negra.

Todos acostumbran dejarle un plato de comida para que se alimente, ya que es totalmente inofensiva.

  • LA PIEDRA DEL LEÓN

La piedra del león se encuentra ubicada en un cerro llamado Yevide, en San Felipe. En este cerro, cuando los indígenas habitaban la zona, los pumas abundaban. Desde aquellos tiempos este felino, que vive tanto en América del Norte como América del Sur, desde la Columbia Británica hasta la Patagonia, ha sido víctima del exterminio.

Pero bueno la historia cuenta que en Yevide vivía una leona con sus dos cachorros. Un día la hembra tuvo que dejar a sus hijos para ir en busca de comida. Junto a una enorme piedra quedaron durmiendo. Cuando la leona regresó de la cacería los pequeños no estaban. Unos arrieros en su ausencia se los llevaron. La madre desesperada los buscó incesantemente sin resultados.

Al llegar la noche se echó desconsolada junto a la piedra. Se dice que de todas partes se escuchaban los rugidos del animal, que al parecer eran más llanto.

Desde el amanecer siguiente nunca más nadie volvió a ver a un solo puma. Todos se fueron del cerro Yevide.
En las noches de invierno, la gente suele escuchar el gemido de la leona y dicen que es el alma de ella que aún reclama a sus hijos.

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